La noche cayo para los dos, sin pensarlo, sin creerlo, la razón se unió al corazón y los sumió en un dulce sueño…Sus ojos, esos ojos tan profundos que deshacían cada barrera que ella creaba al fin habían logrado tan ansiado momento… cayeron como plumas arrastrados por un frenesí interminable dejándose vencer ante el deseo de tenerse el uno al otro… Besos, caricias, palabras hermosas que de sus labios salían solo para ella.
Era esto con lo que noche a noche ella soñaba, eran sus ojos, su piel, su sonrisa, sus palabras, todo hizo de ese momento algo hermoso, el reloj dejo de marcar el tiempo y las nubes se quedaron estáticas para brindarles el mas romántico de los momentos.
Se entrego completamente a la pasión que él le ofrecía sin pensar, sin tomar en cuenta que era prohibido, que nada de lo que ella ahora tenía podría pertenecerle algún día… Los riesgos no tenían lugar en tan sublime espacio que el tiempo le estaba regalando.
Y él se sentía tan cálido, tan entregado que cada duda que ella tenia se iba desvaneciendo como la brisa del mar… sus besos la hacían perderse en un valle de suspiros que la invitaban a imaginar, a soñar que todo aquel puño de emociones serian eternas. Sus manos le brindaban esa seguridad que ella deseaba sin abandonar la delicadeza que desprendían al tocarla… Su corazón latía con fuerza, tanto que ella podía escucharlo, sentirlo, vivirlo, ese corazón que alguna vez creyó inalcanzable ahora le daba la satisfacción de latir por ella, aunque fuese solo por esa vez.
Su esencia la envolvía en una ardiente fantasía que simulaba el vaivén de las olas del mar, no había lugar en el mundo mas cálido que aquel punto geográfico que compartían, el éxtasis fue apoderándose de ellos hasta finalizar en una lluvia de suspiros y besos que los dejo tendidos a la luz de la luna en aquella alcoba, satisfechos de aquel momento y libres de todo pensamiento que pudiese alterar su felicidad.
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