Hoy me levanto con el dulce sabor que emana de tu criterio y
pienso que me gustaría que fuera universal. Deberían pensar como tú, sentir
como tú, hacer lo que tú… pero si así fuera, entonces serias uno más y jamás mi
atención se hubiera centrado en ti.
Amo que seas distinto, amo tus ideas, amo tu trabajo. Mi adicción
crece a la par de tus creaciones. Eres el alimento más adictivo de mi alma, y
por desgracia, también un fruto prohibido.
Hola Irma.
ResponderEliminarExquisita sensibilidad la tuya. Ya la has revelado.
Maravillosa descripcion de ese alguien tan especial y conmovedores sentimientos acompañados de enorme sabiduría de quien reflexiona y siente.
Bellisimo
Un beso.
Hola Ricardo!
ResponderEliminarMe alegra saber que me lees. Gracias por la forma en la que percibes mis palabras! Un besazo desde México para ti!