lunes, 14 de enero de 2013

Sucede de nuevo...


Despierto a media noche, invadida por el insomnio de mis demonios internos y me siento sobre el borde de la cama. Él aun duerme. Me levanto lentamente y me aproximo al ventanal sintiendo el frío de la habitación recorrer mi cuerpo. Me rodeo con mis brazos y me apoyo en el umbral. Pierdo la mirada en los matices de la ciudad entregándome a mis pensamientos. Sé muy bien porque no he podido dormir. El hombre que descansa sobre mi cama es tan solo una aventura más. Una promesa efímera. Mi corazón no me dejará dormir mientras siga con este juego, aturdirá mis noches con pesadillas y recuerdos, traerá a mí el reflejo de lo prohibido, de lo que alguna vez creí eterno, de la razón principal por la que no confío.

Estoy condenada al martirio, presa entre la pared y un alma que no se resigna a darse por vencida, que guarda esperanzas sometidas a lo que mi razón llama “Mentiras”. Una noche más de debates de la cual quiero salir huyendo, entregarme a otra sombra que llene mi vacío para acallar sus voces.           
No quiero volver a ser esa tonta inocente que vaga por las calles del engaño, no quiero recordar el sabor de sus labios ni el calor de sus brazos… en otros hombres. Quiero liberarme de su recuerdo y vivir alejada de sus daños. Abandonar los versos que se atesoran en mi cabeza y que fluyen desmesurados buscando limar asperezas con mi negativa a descifrarlos. 

2 comentarios:

  1. Señorita, qué hermosura de relato. Me ha fascinado. Ahora con mayor razón te otorgo un premio que dejé para ti en mi blog http://elcodigoaural.blogspot.com/

    Ve a recogerlo. Te lo mereces.

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  2. Martha, gracias... esto si que es una sorpresa! Gracias por tus hermosos comentarios... y VOY POR EL!!!

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