Las palabras son medicina
que cura el alma,
incondicionales amigas
que devuelven la calma.
Son destellos de vida
en medio de la nada,
un mundo que gira
en órbita desolada.
Las palabras animan
sin falsía montada,
como flores que miran
la tenue alborada.
Describen manías
en mi mente guardadas,
retazos de poesías
en papel dibujadas.
Las palabras dominan mi agonía ingrata,
me devuelven la vida que la melancolía arranca,
soy presa bendita de esta pluma barata
que detiene mis pasos hacia una barranca.
Parece mentira el poder de la palabra; con una agradable, saca sonrisas; y una agria, causa desmanes.
ResponderEliminarSaludos, poeta.
Muy cierto Martha, ambivalencia... y en ella ganan aun mas interés las palabras!
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