No le mientas a mi alma,
que el corazón decepcionado,
ha encendido en mi pecho
una hoguera de quebranto.
No me des tus noches,
ni tu cuerpo mancillado
por el calor de otros labios,
que en mi ausencia te besaron.
No refugies en mis ojos
la culpa de tu engaño,
llevando tras cerrojos,
el daño ocasionado.
No consumas en abrazos,
mi piel hecha pedazos,
para reconstruir lazos,
que jamás fueron forjados.
Destruiste con tus actos,
cada uno de los peldaños ,
que formamos
con los años…
¿Quién diría que a tu lado
la eternidad seria un engaño?
El engaño y la traición provocan ira, tristeza, rencor, decepción, pesimismo, desesperanza... Y sin embargo, de todo eso puede surgir un poema, muestra que incluso de nuestros peores sentimientos podemos extraer belleza, aunque nos duela...
ResponderEliminarMe gusta mucho cada cuarteto, pero mi preferido es: "No refugies en mis ojos
la culpa de tu engaño,
llevando tras cerrojos,
el daño ocasionado." Esa imagen de los ojos y los cerrojos me resulta hermosa y te felicito por ella, así como por todo el texto.
Sigo leyéndote.
N.
Que sorpresa encontrarte por aca... De modo que tambien tiienes un "blog", bueno, entonces nos estaremos leyendo mutuamente! Saludos y gracias por pasar!
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