Ámame con el
alma
y no solo con una
mirada,
que tu corazón
arda
con mi luz
reflejada.
Ámame en el silencio
que gritan tus
palabras,
para no caer
al precipicio
de tu ausencia
marchitada.
Ámame y no me
evadas,
mientras nacen
dudas
a través de la
distancia.
Ámame mientras
me juras
que serás en
mi cama
el sol de cada
mañana.
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