martes, 5 de marzo de 2013

Pecados Placenteros


Sentada frente al espejo semidesnuda, observo mi silueta. Mis manos recorren cada curvatura, imitando sus caricias. Mi piel arde al contacto, deseando sentirle. Mis ojos se cierran, para visualizar entre sueños su figura. Mis manos descienden lentamente  deslizándose por mi abdomen, hasta llegar a mi sexo. El placer de imaginarlo a mi lado enciende todos mis sentidos. Mi cuerpo exige goce entre los suspiros, que se escapan de mi boca evidenciando mi creciente deseo. Ansío ceder al placer que ofrece mi propio tacto, y al mismo tiempo, prolongar mi deliciosa agonía. A cada momento el furor aumenta, mis labios femeninos se humedecen  para contenerse un poco más…
…pero no puedo parar, quiero sentir más…
Mi locura vence a la cordura para entregarme al calor ardiente que brota de entre mis piernas. Comienzo a tocarme, a sentirme, a excitarme más. La respuesta de mi cuerpo es casi inmediata, se arquea mi espalda, se abren mis piernas… y ante el espejo puedo observarme exponiendo totalmente la humedad de mi sexo. Deslizo mi tacto hasta concretarlo en caricias que me provocan un placer exquisito, caricias que se convierten en movimientos penetrantes cada vez más profundos y más placenteros. Mis ojos se cierran por momentos, extasiados por la frenética imagen que dibuja mi cuerpo. La tensión aumenta entre mis piernas; el éxtasis se siente cerca, muy cerca.  El deseo toma por completo el control, me entrego a él. Ahora mi cuerpo se balancea al insaciable compás de mi tacto, buscando desesperado esa sensación plena que comienza a sentirse cada vez más y más cerca. Mis suspiros se convierten en gemidos, que a su vez se transforman en gritos. Mi cuerpo se vuelve más rígido, más tenso, y siento una explosión de sensaciones que me invade empapándome completamenteApenas percibo mi sudor, estoy agotada, rendida. Poco a poco se va relajando mi cuerpo; aun permanezco inmóvil. Libero mis manos para acariciar mi cuerpo con ellas mientras exhalo el último aliento de placer. 
 Mi mejor fantasía seguirá siendo él,  a pesar de haberse convertido para mí, en un hombre prohibido. 

2 comentarios: