No sé de amor aunque pueda describirlo, tampoco se de sentimientos aunque pueda hacer
creer que los tengo… Mi corazón es un
estante vacio y mi alma un oasis desierto. Respiro y comprendo lo que en mi
entorno vivo, trabajo duro para mejorar estados de salud y estados de ánimo…
sin poder definir el mío.
Mi razón es mi dulce tesoro, el hielo en mi cuerpo cada vez es más
transparente… y a su vez mas duro, impenetrable… cubierto por una sonrisa y el más
sutil de los tratos, escondo del exterior mi realidad, mis miedos.
Quien dice que el egoísmo es un defecto? Jajaja… yo vivo de él, me
alimento de él. Mientras el mundo se ocupa de sus rollos, yo voy trazando mi
camino, fijando mis metas y alimentando la soledad con la que convivo.
A veces me invade la melancolía, observando hacia la nada mientras
suspiro pensando en lo bonito que sería sentir la dependencia que veo en los
ojos de los enamorados… o de una madre cuando observa a sus hijos, pero después
recapacito y vuelvo a la idea de que esa vida no entra dentro de mis ambiciosos
proyectos y no hay, ni habrá nadie que cambie lo que tengo pensado.
Una vez lo hubo… pero resulto ser una utopía que jamás olvidaré.
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