Su carácter, su criterio, sus modales... todo forma el conjunto perfecto para lograr el ser mas interesante sobre esta tierra. Y pasa... cada mañana cuando su silueta dibuja en el umbral de la puerta el comienzo de mi día, y su sonrisa ilumina el salón entero.
Comienza hablando, como de costumbre... sobre los temas que acontecen nuestro entorno mientras yo fijo la mirada en sus labios hundiéndome en el mas puro y dulce de los suspiros, después se dirige hacia el punto desde el cual nos observara a todos y nos impartirá la clase, lo que me invita a soñar cada movimiento de sus músculos mientras camina... el movimiento tan varonil de su rostro al dibujar esa sonrisa seductora que me invita al pecado.
Lo mejor sin duda es escucharle hablar, ese conjunto de acordes que fabrican la mas sensual melodia convertida en una charla sobre Patologías o tratamientos.. da igual... su clase es solo para admirarlo.
Podría observarle la eternidad entera... pero mi delirio de pensamientos tiene un limite fatal determinado por reglas del instituto, horarios!! Terribles horarios!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario