Sus ojos castaños son delirio que se
adentra en mi mente lasciva.
Su profundidad es inconmensurable.
De sus labios nacen solo gestos lacónicos,
lo cual me impide saborear la cadencia que emana al hablar.
Me trata con cierta acritud, se mantiene
distante… y hace que le desee aun más.
Mi alma famélica añora el placer de sus
besos, la dulzura de su tacto y la atención de sus ojos.
Siento que pierdo la cordura que tanto suelo emplear... Estoy perdida en el.
Siento que pierdo la cordura que tanto suelo emplear... Estoy perdida en el.
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