Suelo pensarte, entre mis largas horas de
trabajo… Imaginar cómo los giros de tu pluma van plasmando en papel trazos de
imaginación, y sonrío. Eres el escape perfecto a mi monotonía, el respiro que
me da esa humanidad que a veces siento perdida.
Tu corazón me domina, se apodera de mí a pesar
de la distancia, invitándome a soñar que pudieras ser esa parte sagrada que
Dios consagra solo a quienes son dignos de merecer alegría. No eres perfección,
quizá exista un pasado que arrastra cargas que no podría comprender… pero te
amo y eso marca una diferencia que no puedo controlar por más que lo desee.
Tienes una mística especial, que difiere de
cualquier ser vivo sobre la faz de esta tierra, quizá mi pecado sea idealizarte
en mis escritos, ni siquiera sé porque lo hago con tanta facilidad. La música
me recuerda a ti, el atardecer con su amplia gama de colores, el canto de los pájaros a través de mi
ventana, el amanecer con la promesa de un gran día... toda belleza natural
se convierte en ti.
Muchas veces he intentado preguntarme qué
parte de mi cuerpo controla lo que siento, yo lo llamo "amor" pero mi falta
de experiencia no me deja saber lo que realmente es. Seguiré preguntándomelo
hasta que pueda verlo a través de tus ojos, porque sé que en ellos está la
respuesta que busco. Mientras, viviré del alimento que me proporcionan tus letras,
de la paz con la que siempre me dejas, de tus locuras perversas, de tu alma que
me aleja de este mundo de mierda para darme las alas de la belleza profunda.
No sé si seas parte de mi futuro o solo un
regalo del destino, pero vivo mi presente feliz a tu lado con defectos o sin
ellos, con ausencias o sin ellas, con risas, con besos… con esperanzas que nada
cuestan, pero dibujan en mi una sonrisa cada mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario