domingo, 22 de diciembre de 2013

Adicción

Centinela de tus palabras
Voy siguiendo tus versos
Intentando robarme el aliento
Que me priva de ti en la distancia.

Mis ojos no pueden verte
Ni mis manos tocarte,
Pero el roce de tus frases
Me permite sentirte
Y en la esencia de tus ideas,

Liberarme…

sábado, 16 de noviembre de 2013

Necesidad

Lo sabes, puedes percibir con nitidez la intensidad de su presencia. Lo sientes a pesar de la distancia, el aire que respiras lo lleva tatuado en su conformación. Lo observas en cada sombra que se atraviesa por la calle, en cada rostro adornado con una sonrisa. No puedes escapar porque vive en ti, hace tiempo decidiste entregarte a sus juegos y ahora formas parte de él.

¡ES AMOR!


Y por mucho que te empeñes en negarlo, te acompañará hasta que tu corazón deje de latir… ¿Acaso pensaste que sería algo efímero? Buena suerte, la enfermedad más dulce y cruel que ha azotado a la humanidad ahora se desarrolla en tus entrañas y no existe cura que pueda salvarte.  

jueves, 14 de noviembre de 2013

Te sueño

Distante o cercano
Vives en mis sueños
Aun no te conozco
Pero ansío hacerlo

Mi cabeza da vueltas
Imaginando tu silueta
Galante y soberbia
O desaliñada  e inquieta

Se me escapa el tiempo
Aprovechando el silencio
Para imaginar entre sueños
Tus cualidades y gestos

Me he tomado por deporte
Reinventarte en mi mente
Agregando locuras extrañas
Para poder innovarte

Cada día, un nuevo comienzo
Un proyecto se inmortaliza en versos
tu onírica figura me visita por las noches
Para endulzar mi alma con un beso

Enamorada de espejos creados
Por una loca fantasía
Vivo al borde de una esperanza

Que se esconde tras mi ironía 

jueves, 3 de octubre de 2013

Encuentros

 Un verso renace al sentir el roce del tacto construyendo veredas sobre la  piel, 
mientras el silencio invade el espacio que resguarda del exterior. 
Cada instante se transforma en destellos,
que van describiendo la poesía más sublime de la propia existencia. 
La profundidad de los ojos embriaga, con el elixir de su misterio, 
mientras una palabra se desvanece en los  labios. 
El beso, un placer efímero que marca el comienzo del encuentro furtivo.

Un momento en el infinito de esos anhelos otorga la magia 
de convertir un instante en un sueño eterno,  
mediante la fusión de los cuerpos, de las almas. 
Y arde entre las sabanas el infierno de añoranzas reprimidas 
por tantos ayeres de ausencias.
Dos pieles se unen en medio de un océano de oleaje desenfrenado, 
retando al placer para llegar al clímax. 
El naufragio evidente de cada suspiro, 
se traduce en la intensidad desmesurada de un grito. 
Es entonces cuando aquel infierno, 
que encendía aquellos  instintos, se extingue. 
La luz aparece y con ella, la puerta de entrada al paraíso, 
que recibe a los amantes con un hermoso amanecer de brazos entrelazados. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Tentaciones (Relato Erótico)

El sonido de tus pasos vacilantes detrás  de la puerta, sugiere que te debates entre la moral y el deseo. Permanezco en silencio bajo las sabanas, expectante e impaciente, buscando en mi cabeza la razón que nos trajo ante esta situación. No sé si esto es amor,  pero sé que te deseo  tanto como tú a mí. Jamás me perdonaría ser el motivo de tu infidelidad, sin embargo no creo poder resistir el placer de probarte, beberte, tomarte y hacerte parte de mí.
No puedo evitarlo, el roce de las sabanas se transforma en una caricia de tus manos. Mis ansias, que transpiran por la piel, intentan apagar el fuego en mi interior. Mis piernas entrecruzadas buscan resistir las ganas de abandonar mi cama para llegar a ti, fundirme en tu cuerpo. La debilidad instintiva me invade, me consume en la ensoñación provocada por el placer de imaginarte desprovisto de ropa frente a mí, dispuesto a satisfacer hasta mi último deseo sexual.
Siento arder en mi interior el peso de tu indecisión, que aumenta con los pasos del tiempo. Un espíritu animal se apodera de mi cuerpo, buscando como fiera en celo saciar placeres incontenibles. Se desliza mi tacto lentamente por debajo de mi ropa interior, hasta llegar al sitio donde nace mi placer. Me estimulo, me entrego al pecado de mancillar mi propio cuerpo con caricias prohibidas. Ahogo cada suspiro que hace exhalar el vaivén de mis dedos, moderando la intensidad dominada por el instinto carnal.  Mis caderas danzan bajo las sabanas, buscando en mi tacto el goce negado, el placer reprimido.
Ya no avanza el tiempo ni se escuchan tus pasos, solo prevalece el galope salvaje de mis latidos recorriéndome de principio a fin. El silencio se vuelve testigo de la escena que acontece bajo las sabanas, subiendo y bajando al compás de un ritmo salvaje. Sudores nocturnos se desvanecen entre mis celsitudes, ardiendo de impaciencia por encontrar en el orgasmo, la sumisión del deseo que clama por ti.

El movimiento galopante que me invade se vuelve  tan agresivo, que un frenesí de sensaciones imparables me obliga a intentar apagar el fruto verbal de mi orgasmo sobre la almohada, conteniendo en mi interior los gritos de placer que mi propio tacto penetrante me provoca. Mis ojos antes cerrados se abren de golpe. Inesperadamente te observo de pie, recargado sobre el umbral de la puerta. Suspiros entrecortados fluyen de tu interior, mientras se abultan tus ganas bajo la ropa. Tu mirada determinante busca mis ojos para proponerme correr el riesgo, pero ya es demasiado tarde...Pediré que te marches y después, entraré a la ducha.

domingo, 28 de julio de 2013

Un fragmento sin contexto que se me ocurrió un día...

En mis ojos prevalece  la silueta de aquella mujer desnuda. Mis pupilas se dilatan, desvaneciendo la oscuridad con el brillo sensual de su piel. La deseo con tanto ahínco, que mis pasos delirantes se van aproximando lentamente a ella. Inicio una dulce caricia que recorre su rostro, para después, continuar hacia su cuello.  Intento dominar mis impulsos mientras mis manos descienden hacia sus senos turgentes, exhalando el placer contenido en mi interior. Aproximo mis dedos temerosos a sus rosadas terminaciones, pero me detengo para centrarme por un instante en sus ojos. La diosa de mis anhelos me devuelve una mirada lasciva, cediendo al juego. Continúo explorándola con total fascinación. Siento el calor de su éxtasis. La rigidez de sus deliciosas terminaciones arde entre mis dedos mientras deja escapar un gemido de placer. Comienzo a sentir cómo aquel corto trayecto abulta las ganas contenidas en mi interior. 

Continúan mis manos hacia su abdomen. El roce sobre la silueta de su cintura finaliza en sus caderas. Siento una lujuria incontenible, pero continúo con moderada tranquilidad el descenso. Las curvas dispuestas sobre su cuerpo me invitan a seguir sobre su piel, una línea que finaliza entre sus piernas. Llego al sitio más cálido de su cuerpo y percibo su humedad. Algo me contrae de placer. El roce de mi sexo con la tela anuncia mi creciente deseo.

Introduzco mis dedos suavemente en su interior, buscando extraer el fruto de su excitación. Ella corresponde mis movimientos con la danza tempestuosa de sus caderas. Percibo una lujuria descontrolada que arquea su cuerpo de pies a cabeza. Incremento el ritmo que la invade, prisionero del placer que me provoca su estado. Intento contenerme pero mis manos toman el control, abandonando su cuerpo para pasar al mío, bajar el cierre de mi pantalón  y retomar su cintura. Una inminente erección posa frente a las puertas de su cielo, me traiciona y se introduce en ella,  provocándome un frenesí de sensaciones fulminantes. Imparable, me balanceo tempestuoso contra su cuerpo arrebatando ahogados gritos de placer. Intento moderarme, pero su cuerpo me pide más. Aumento el ritmo de mis impulsos mientras exhalo agresivos gemidos entrecortados. Comienzo a sentir como brota de su cuerpo, un mar ardiente de placeres incitantes. El roce de su piel me invita a continuar el movimiento de  sus caderas, buscando la total sincronía de nuestra unión sexual. Mientras observo cómo se revuelca de placer, mi piel se eriza y mis poros se abren, sintiendo como cada fibra nerviosa de mi cuerpo responde, haciéndome correr en medio de un torrente de sensaciones imparables.


Caemos rendidos sobre la alfombra, agitados. La tomo entre mis brazos y la aproximo dulcemente a mi pecho.  Su dócil cuerpo cede entre suspiros de cansancio, esperando que aquel momento se vuelva eterno. De sus labios se desprende un tierno beso que llega a los míos, agradeciendo amanecer conmigo un día más...

lunes, 22 de julio de 2013

PATOLOGÍA MORTAL



Encadenada a los recuerdos
De una dulce ironía
Voy grabando en cuadernos
Eslabones de agonía

Escribo tras la ira
De mi ilusa fantasía
Usando las horas del día
Para escribirte mi poesía.

Soy presa cautiva
De tu onírica figura
Naturalmente lasciva
Y carente de moldura

Me encierro por deseo
A escribirte mis versos
Música para el silencio
Que invade mis recuerdos

Aun con mis delirios
No encuentro la cura
Para sanar los suplicios

De mi cruel desventura.