Noche, pecado fortuito
Entre copas conducido
A crear el más ardiente rito
Para saciar nuestro mutuo vicio
Entre telas escondido
Para despistar los desvaríos
Con los que te admiro
Incapacitas mis sentidos
Dibujándome el camino
Que me llevará al exilio
De tus senos benditos
Misterioso laberinto
Se alimenta implícito
Del placer exigido
Por el calor de mi instinto
Ensordecedor suspiro
Rozando lo divino
Sobre lo prohibido
Tus manos son abismo
Manantial de ruidos
Desbocan gemidos
Provocados y vividos
Por el vaivén de mis latidos
Con la luna como testigo
Disfruto
mientras admiro
Tu escultural cuerpo tendido
Sobre el mar de mi delito.
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