La fuente de mi dolor una tarde de
abril y mi deseo por alejarme de la realidad le dieron alas a recuerdos ocultos
en el fondo de mi océano personal y me regalaron inspiración… pero mientras
escribía, comencé a sentir aquello tan difícil de explicar, eso que solo puede
reflejarse en las palabras de una mujer enamorada… será amor? Mi razón lo condeno como utopía… una herejía
al templo del cuerpo propio… una barrera en el camino que dibujaba mi vida…
Encontré que entre mis fortalezas se
escondía mi debilidad por él, que surgía entre mis juegos de escritura como
respuesta a mi petición de inspiración. Y aunque dentro de mi soledad no me
exponía al expresar mi amor por el… sentí miedo ante tal descubrimiento y me
propuse cerrar el baul que contenía sus recuerdos con 7 candados eternos.
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