Delirios nocturnos suelen estremecerse
sobre las hojas de su cuaderno mientras la pluma danza al ritmo de una canción
de antaño. Nacen de él esos versos, manías sin escrúpulos que buscan externar
lo que intenta mantener oculto. Escribe noche tras noche, poseído por instintos
que dominan su orgullo y sus absurdas reglas de comportamiento. Es lo que pocos
conocen, lo que nadie imagina.
En su infinita soledad, se muestra
vulnerable. Lejos del mundo de espejos que rige sus pasos, detrás de cada reto
alcanzado por encima del deseo, se encuentra su naturaleza humana. Es esa naturaleza tan nítida, es la que me mantiene enamorada.
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