Suelo pensar que eres tan mío como los
versos que te escribo, pero en la distancia todo es utopía.
Mis anhelos terminan por fundirse en una poesía,
misma que se vuelve parte de una colección irónica de historias tiradas al
viento.
El valor de lo imposible es incalculable,
soberbio y desmoralizante. Por más que intento pagarlo, no logro saldar la
cuenta. Por eso a veces escribo pensando que sería mejor dejar de amarte, dejar
de soñarte.
Pensar en olvidar lo que es inevitable
recordar, es una mala inversión de tiempo. A pesar de que soy consciente de
ello, mi cabeza sigue alimentando esa inversión. Cosas que la ciencia no puede
explicar y sin embargo existen, algunos lo llaman amor y otros, obsesión. Yo ni
siquiera me molesto en ponerle nombre, a fin de cuentas, seguirá allí atormentando
mis días hasta que un día eso decida morir o acabe conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario